Por: Ulises Mitodio Fritz
De memoria y Desmemoria
El 11 de septiembre se cumplirán 50 años de la caída en combate del Presidente Salvador Allende. Hombre de ideas claras, que busco con todas sus fuerza una salida democrática a la crisis creada por la derecha chilena, la Democracia Cristiana, las transnacionales ,el Gobierno de los Estados Unidos, la CIA, FBI y las fuerzas Armadas chilenas. Todos ellos fueron los ejecutores del sangriento golpe que le costara la vida al presidente y a miles de simpatizante del gobierno de la Unidad Popular.
La historia sobre los acontecimientos, antes, durante y después del golpe se ha tratado de tergiversar no solamente por los golpistas, sino por partidos que acompañaron al presidente Allende durante los años de mandatos y que no fueron tan leales a su gobierno. Han transcurrido 50 años y no se ha hecho la autocrítica o un estudio serio sobre las posiciones asumidas por ellos.
Salvador Allende busco solucionar la crisis institucional, trato de dialogar con el Senado de la República. Éstos en su gran mayoría pasados a la contrarrevolución dificultando cualquier salida al conflicto. Hay que reconocer que la DC y el gobierno realizaron conversaciones sobre la futura área social de la economía, pláticas que no llegaron a concretarse completamente debido a la oposición del Partido socialista. Carlos Altamirano, secretario general del partido comenzó sus acciones transversales y discursos incendiarios que crearon graves problemas al gobierno de la Unidad Popular y sobre todo a Salvador Allende.
Entre los tantos males no podemos dejar de reconocer que el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) también ayudo bastante a la caída del gobierno y al golpe de estado. El paralelismo sindical, los Cordones Industriales, las corridas de cerca la toma de tierras que generalmente afectaron a los medianos y pequeños campesinos, crearon una división en el campo irreconciliable, perdiéndose cosechas, matanzas de animales, acciones que se repitieron generaron en los medianos industriales un conflicto permanente y un rompimiento de la clase media con el gobierno de la Unidad Popular cuestión que ayudo al aislamiento de la clase obrera y su gobierno.
A estos acontecimientos se agregaron otros en las postrimerías del golpe de estado, la intensión por parte de Allende de convocar un plebiscito se vio cuestionado por opiniones partidarias desde dentro de la Unidad Popular que no acepto la posibilidad de llamar al plebiscito. Los socialistas con Altamirano a la cabeza sostenían que “sería una renuncia a los logros alcanzados” .Esta posición fue apoyada por una fracción del MAPU y la Izquierda Cristiana, estos tres partidos fueron alejándose cada vez mas del gobierno, y por el MIR movimiento que obstaculizo cualquier iniciativa de conversaciones o acuerdo con la Democracia cristiana. Los únicos aliados del presidente Allende fueron los radicales el Mapu Obrero y Campesino y el Partido Comunista quien compartía la idea de la “vía pacífica al Socialismo”. Hubo una iniciativa tardía por parte de Orlando Letelier, por convencer al partido socialista que permitiera a Allende llamar a plebiscito, lo único que dicha iniciativa fue demasiado tarde, eso se produjo en la noche del 10 de septiembre una noche antes del fatídico golpe.
La suerte estaba echada, la incapacidad de la coalición por generar la unidad interna alrededor del presidente hacia bastante tiempo que estaba desgastada, sino, veamos que sucedió unos meses antes. La derecha abiertamente se lanzo a derrocar al gobierno utilizando todas las vías posibles, el Senado con sus reiteradas acusaciones constitucionales contra los ministros del gobierno torpedeó cualquier tipo de acuerdo. La Democracia Cristiana culminaba con resultados sobresalientes las conversaciones con militares golpista y recibía financiamiento por parte del gobierno de los Estados Unidos.
El Recuerdo de la doctrina del General René Schneider que planteaba que las fuerzas Armadas debían de someterse y apegarse estrictamente a la Constitución había sido sobrepasado por una corriente fascista y de seguridad nacional que iba camino al golpe de estado. La derecha junto a la democracia cristiana golpeaba la puerta de los cuarteles, sectores fascista civiles de forma paralela organizaban todo un proyecto económico que sería aplicado en Chile conocido por “los chicagos boys”, otros lanzaban maíz a la puerta de los cuarteles, demostrando con estas acciones que los militares eran unas “gallinas”. El golpe no se hubo realizado antes fue por el General Carlos Prat quien con su presencia y al frente de las fuerzas armadas no permitió que esto sucediera, pese a las muchas presiones internas.
Por el lado de las fuerzas de izquierda representadas en la Unidad Popular, los desacuerdos se extendían. El partido comunista lanzó su campaña “No a la Guerra Civil”, el partido socialista, especialmente, su Secretario General Carlos Altamirano planteaba públicamente “El golpe no se combate con diálogos, se aplasta con la fuerza del pueblo”. Se agudizan las contradicciones, la violencia callejera de los grupos fascistas. Se incrementa la centena de muertos así reflejaban las estadística producidas durante los tres años de gobierno, en su gran mayoría los fallecidos y asesinados era de los sectores de la Unidad Popular.
La derecha lanza a la calle al estudiantado encabezados por la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica en contra del proyecto de la Escuela Nacional Unificada (ENU), esta llamó “a defender la liberta educacional contra el “instrumento de concientización política del marxismo”. Los enfrentamientos fueron violentos. La Federación de Estudiantes secundarios, se dividió entre los que apoyaban la ENU, otros la UNU en esta última se encontraba el Joven socialista Camilo Escalona y por la derecha Miguel Salazar. A esto se bregan otros tantos enfrentamientos que divide a los diferentes sectores sociales y políticos.
El desabastecimiento de alimentos y la creación por parte del gobierno de las JAP para impedir con estos y golpear a los empresarios que escondían los alimentos, la reforma agraria , la “toma de tierras”, la pérdidas de cosechas, la toma de pequeñas y medianas industrias, el acaparamiento de alimentos por las centrales comerciales capitalistas, el bloqueo de carreteras, los paros camioneros, las huelga de los gremios profesionales, principalmente el de la salud, la paralización de las faenas por los mineros del cobre. La clase media se pasa a la contra revolución aislando aun mas al sector obrero y abandonar el programa de la Unidad popular. Mientras tanto el Congreso buscaba la fórmula para acusar constitucionalmente al presidente, fue el 11 de junio con la aprobación por parte de éste, de una reforma constitucional Hamilton- Fuentealba que hizo imposible la expropiación de fundos mayores de 40 hectáreas. El presidente Allende se negó a promulgar toda la reforma. La oposición considero este acto como inconstitucional, la Contraloría de la Nación se pasa al lado de los golpistas y les da la razón a la derecha.
El 27 de junio el General Carlos Prats solicita que sea aceptada su renuncia a la comandancia en jefe del ejército. El Presidente la rechaza.
El 29 de junio el regimiento blindados N* 2 al mando del Coronel Roberto Souper sale a la calle y trata de dar un golpe y tomar el Palacio de la Moneda enfrentándose a las fuerzas de la Guarnición de Santiago dirigidas por el Comandante en jefe Carlos Prats. Los grupos fascistas de derecha como Patria y Libertad ante el fracaso del golpe se asilan en la embajada de Ecuador. El Tanquetazo dejo 20 muertos en su mayoría civiles.
Mientras tanto el Partido Socialista y Carlos Altamirano contribuían a que las intensiones de Salvador Allende de un posible acuerdo colapsarán.
El Plebiscito se queda en las intensiones los acontecimientos se suceden a velocidad, los complotados se lanzan a la ejecución del golpe.
Desde hacía meses, los acuerdo ínter armas dentro de las fuerzas armadas continuaba caminando, coordinado las futuras acciones. En la armada el vicealmirante José Toribio Merino la controlaba en su totalidad, en la aviación el General Gustavo Leigh asumía el mando, opositor abierto al régimen. El Ejército estaba dividido, pero la balanza se inclina al lado de los golpistas, a todo esto carabinero sin un planteamiento claro, es arrastrado y se incorpora al golpe.
El 23 de agosto, se reúne el presidente Allende el General Carlos Prats y Pinochet, al finalizar esta es nombrado en el cargo de comandante en jefe Pinochet. Se cierra el círculo.
Los partidos de gobierno están cada uno haciendo su propio trabajo, Allende está prácticamente abandonado, solo el partido Comunista continúa apoyándolo. Carlos Altamirano es acusado por la Armada, éste se había reunido con algunos marinos quienes le informaron de las acciones sediciosas al interior de la marina. Altamirano responde “Si se intenta un golpe, Chile será un segundo Vietnam heroico”. Altamirano es desaforado por la Corte Suprema a pedido de la Armada, el 11 de septiembre.
Días antes más preciso el 9 de septiembre, el presidente Allende comenta a Pinochet su intención de un plebiscito. Ese mismo día, Pinochet se adhiere al golpe. Todo lo demás es historia conocida.
Es bueno recordar, así uno conoce de donde vino, quien es y para donde va, a demás nos sirve para no volver a cometer los mismos errores.
Han pasado cincuenta años y la vida sigue igual, se continúa cometiendo los mismos errores. Estamos como si en Chile nunca pasó nada. De los dolorosos días y años del golpe solo lo recuerdan los dolientes. Se aproximan nuevas acciones futuras de sectores sociales principalmente juveniles sobre el cambio.
Llamaron a una asamblea constituyente y fue fracasada. hoy todo está concertado entre el gobierno neoliberal y la “oposición” presente en el congreso, lo más probable que sea esta aspiración de la mayoría de la nación manipulada, enmascarada con otra manipulada y acordada en cuatro paredes veremos en un futuro manifestaciones y porque no explosiones sociales.
Continuando con la historia. La nueva concertación llamada “Frente Amplio” más el partido comunista y sus áreas de influencia, llamada folclóricamente “nueva mayoría” se lanzaron a convencer que son la solución de las penurias, nada dicen de los treinta pasados que gobernaron y fortalecieron el sistema convirtiéndose en un neopinochetismo concertacionista, este vez el marginado o auto marginada ha sido la Democracia Cristiana quien se adhirió a la derecha, hoy se ha convertido en lo que es y siempre ha sido un Caballo de Troya enquistado en la centro izquierda.
Todo este panorama conocido hace muchos años, nos obliga a plantearnos la necesidad de crear desde la Izquierda, no de la izquierda sectaria parlamentaria, una nueva organización política social que se plantee la toma del poder.
Una nueva Izquierda representativa de toda esa mayoría política y social que no cree en los eslogan edulcorado de esa otra izquierda sobreviviente que nada aporta al desarrollo político de la nación. Esta otra Izquierda que se plantea es la que piensa en una nueva constitución, discutida con todos los sectores sociales, poblacionales, estudiantiles, sindicales, pueblos originarios, campesinos, trabajadores mineros, industriales, una constitución para el bien de todos los chilenos y chilenas. Una Izquierda que ve la necesidad de una renacionalización de las riquezas mineras, de las industriales, industrias estratégicas, la nacionalización de la banca, de una educación gratuita y de calidad, Salud para todos, una redistribución de la riqueza. Esto no pasa ni lo piensa, “la unidad de la oposición”.
“Ni unidad de la oposición ni dispersión de la izquierda” ¿porqué plantearse no a la unidad de la oposición?.
Primeramente porque gobernaron por más de 30 años y solo fortalecieron el neoliberalismo pinochetista. Hoy se presentan nuevamente como los salvadores o como una salida a la crisis de legitimidad del actual régimen político que dirige Boric y mueven los caracoles y de las alturas entre paredes del senado se ponen de acuerdo para eternizarse garantizar la constitución que ya tienen cocinada, seguir pegados a la teta y continuar espoleando no solo al estado sino a la nación completa hundiendo en la pobreza a millones de chilenos, en cambio ellos apoderándose de las riquezas protegidos por las fuerzas armadas la policía y los poderes judiciales y legislativo.
El gobierno actual es responsable de legitimar y profundizar el modelo neoliberal llevando a Chile a una posición donde la educación, la salud es la más cara del mundo quedado demostrado ser uno de los países de mayor desigualdad en el mundo.
Hoy el gobierno pretenden presentarse maquillado, con cirugía plástica incluida, pero realmente en terapia intensiva, sin maquina respiratoria. Con todo ese panorama insisten en presentarse como una alternativa política “democrática y pluralista”.
Lo peor que le sucedido a Chile fue Michelle Bachelet, su periodo entre el 2006 y 2010 estuvo en marcada en su mala gestión medio ambiental, en su carácter represivo y persecución contra los pueblos originarios, su equivocada política educacional, represión contra los sectores estudiantiles, su apoyo total a neoliberalismo, una política integracionista con las transnacionales y su oposición a llamar a una constituyente y una nueva constitución política del estado.
Lo que redundó en su último periodo con el agravante que ya la Nueva Mayoría le había quitado su apoyo. Siendo nuevamente la DC el judas de la historia. Lo que fortaleció a Piñera llevándolo nuevamente al gobierno catastrófico por todos conocidos.
No a la dispersión de la izquierda
La dispersión de la izquierda es debido al gran caos en que se encuentra, hay una incapacidad de poder articularse en espacios de unidad imprescindible para lograr cualquier avance, esta incapacidad fortalece al neoliberalismo. La derecha, el Gobierno de Boric una izquierda moribunda una DC, desplazada de sus secuaces ”oposición de la derecha parlamentaria ”continuarán fortaleciendo el sistema y alejando cada vez más un posible cambio constitucional real.
Todo no es color de rosa para la izquierda parlamentaria, ella sufre de males que si no lo supera continuaran en el ostracismo, el sectarismo, los pequeños feudos de poder, no permitir la diversidad, la dispersión de las “Izquierdas”, el fantasma del abstencionismo, la crisis de legitimidad del actual régimen: La formación de una alternativa capacitada y atractiva que sea representativa de los nuevos movimientos sociales de las antiguas fuerzas de la izquierda fragmentada que se mantienen al margen y otras fuerzas “progresistas” no se vislumbra en el horizonte alguna mínima posibilidad de conducción.
Aquellos socialistas y comunistas que no están en la fenecida Nueva Mayoría que dejó de existir de forma natural, pagan las consecuencias de sus acciones de perpetuación del neoliberalismo y su oportuno los mantienen alejados del movimiento social que los mira como más de lo mismo y con recelo por la continua formas y método que los caracteriza para penetrar los movimientos sociales y subordinarlos a su forma. Los otros partidos como Radicales, PPD, Frente amplio y otras excretas que se encuentran en ese Macondo llamado senado en caso de ganar la idea de la primera pata de la mesa para una futura unidad desde abajo deberá ser una verdadera Asamblea Constituyente.
La creación de un nuevo referente se hace necesario. Convertirlo en fuerza real que articule alrededor de una gran mesa redonda, donde las sillas sean todas iguales, a todo el espectro social, sindical, campesino, poblacional portuario, minero, pescadores, pueblos originarios, organizaciones barriales. Mesa que este a la altura de las exigencias históricas de este nuevo periodo. Que se mantenga al margen de acuerdos copulares con la “izquierda parlamentaria”.
El referente Frente amplio es otro de las grandes ideas de la derecha que le dio bombos y platillos logrando dividir las cancerígenas estructuras de la moribunda concertación, nueva mayoría creando en el subconsciente de la clase media la idea de que este era la nueva alternativa. Eso se pensaba, pero hoy, vemos como este conglomerado lleva en sí misma una gran carga anti comunista cuestión muy comprensible por su sumisión al proyecto neoliberal pinochetista, y una política internacional, con un marcado apoyo a la contrarrevolución venezolana y trasladando el resentimiento de la derecha demócrata cristiana y su visceral ataque al gobierno de Cuba.
La corrupción transversal del gobierno de Piñera el descredito de la nueva mayoría los casos de corrupción de los partidos y personeros de gobierno y familiares cercanos, crearon las condiciones como dice una canción española “la vida sigue igual”. Que Dios no se apiadó de los votantes que eligieron y votaron por la derecha los que hoy sufren las atrocidades son los mismos de siempre los marginados los sin nombres los de menos del salario mínimo, los enfermos sin la posibilidad de pagar atención medica de calidad, los jóvenes marginados del proceso educacional por no contar con recursos. Los niños sin amparo filial que desaparecen a diario del Sename, macabra institución.
La guerra declarada al Pueblo Mapuche por parte de las forestales en concubinato con carabineros PDI fuerzas Armadas y las bandas paramilitares organizadas por la derecha, apoyadas por los tribunales y el gobierno central debe cesar. Hay guerra hay genocidio y exterminio de los pueblos originarios dueños absolutos de sus tierras hoy robadas con la complicidad y la falta de solidaridad real efectiva de todo los chilenos. Un problema que debe ser resuelto para trabajar por una verdadera unidad. Esto sucedió en el gobierno de Piñera y sucede hoy en el de Boric.
Se hace necesario la unidad sobre lo que nos une. Lo otro, lo discutiremos después que derrotemos la farsa llamada nueva constitución que dirige el desprestigiado congreso y el gobierno neoliberal de Boric. El futuro es nuestro y depende de nosotros capitalizar el voto de nulo, los blancos y los ausentes. Somos la mayoría.
«…Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Éstas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición».
presidente Salvador Allende Gossens, 11 de septiembre de 1973, fragmento de último discurso transmitido por radio Magallanes